Camino de Santiago 2023. Etapa 3

Torres del Río – Santo Domingo de la Calzada

Hoy aprovechamos a desayunar antes de salir en la terraza del albergue junto con un montón de peregrinos que inician también la etapa. Antes de salir, en el albergue nos recomiendan hacer el trayecto hasta Viana por carretera, ya que el camino está repleto de durísimas cuestas y, además, no tiene nada especial por lo que merezca la pena seguirlo.

Antes de entrar en la carretera hacemos un pequeño tramo por el camino y ya confirmamos lo que nos indicaron, unos rampones horribles con continuos sube y baja, así que agradecemos coger el asfalto. El rodar por el asfalto se hace cómodo y llegamos sin incidencias hasta Viana. Allí recorremos las calles del pueblo tranquilamente y seguimos camino a Logroño.

De camino a Logroño, un ciclista de la zona nos para y nos indica por dónde ir por que, según cuenta, la ruta original es un lío. El caso es que al final nos hacemos un lio con tantas indicaciones pues parece que la ruta original no era para tanto, pero al final llegamos a la entrada a Logroño.

Ya en Logroño pasamos por la famosa calle Laurel, pero a esas horas de la mañana sólo encontramos un montón de cristales de los botellines rotos y alguno todavía acabando la fiesta pasado de alcohol. Nos hacemos una foto en la catedral y un poco más adelante paramos a hacer el desayuno fuerte del día (al final hemos adoptado la costumbre de hacer un primer desayuno ligero, a veces sólo un café, antes de salir y a las 2 horas hacer otro más completo para coger fuerzas), unos bocatitas de tortilla de chorizo que nos saben a gloria.

La salida de Logroño es por el parque de la Grajera, un gran parque con un pantano, pero con tendencia ascendente que se llega a hacer algo de bola. La siguiente parada la hacemos en Navarrete. Allí merece la pena sin duda entrar a la iglesia parroquial de la Asunción, es espectacular, especialmente por dentro con su impresionante retablo mayor. Allí conocimos a una pareja de pamploneses que habían decidido hacer el camino en bici y, curiosamente, el padre de él trabajó en la fábrica de Reynolds en Irurtzun.

Desde allí continuamos hasta Nájera, donde paramos a comer en una enorme terraza de un parque junto al río. Estaba llena de gente, así que seguro que se comía bien. Y así fue. Comimos unas raciones que nos dejaron repletos, así que antes de salir del pueblo paramos a tomarnos un café y un helado para hacer mejor la digestión.

Al salir de Nájera, nos tomamos con un rampón, para variar. Parece que lo hacemos a posta y siempre paramos a comer justo antes de alguna subida importante para hacer «mejor» la digestión, en fín.
Una vez pasado ese duro trámite, continuamos por una zona mas llana que se hace más amena, hasta la subida final del día que nos lleva hasta un campo de golf. Desde allí, ya sólo nos queda rodar hasta llegar a nuestro destino final del día, Santo Domingo de la Calzada.

Ya en Santo Domingo de la Calzada, nos alojamos en el albergue municipal que, la verdad, está muy bien y parece bastante nuevo. Tras la ducha de rigor, dejamos la ropa en una lavandería y nos damos una vuelta por el pueblo. Fuimos a entrar a ver la catedral, pero nos dio tanta rabia que nos pidieran 11€ por entrar a verlo que decidimos no hacerlo.

Para cenar, lo haremos en un restaurante junto al albergue que tiene buena pinta y, como no, estando aún en La Rioja, había que probar unas patatas a la riojana que, dicho sea, estaban muy buenas.
Con el estomago contento, acabamos el día y retiramos a descansar al albergue.