Camino de Santiago 2023. Etapa 6

Frómista – Bercianos del Real Camino

Hoy nos levantamos con la idea de que va a ser una etapa cómoda, pues el perfil es principalmente llano y no hay apenas desniveles que planteen dificultades. Aprovechamos antes de salir a lavar las bicis en una gasolinera, que las pobres ya llevan bastante mierda acumulada, y arrancamos la jornada.

A los pocos metros nos damos de bruces con un fuerte viento en contra que apenas nos deja avanzar. Además, las alforjas no son nada aerodinámicas y nos frenan más aún. Salimos en ayunas con la idea de parar a desayunar un poco más adelante. Llegamos hasta Villalcázar de Sirga y entramos en un bar en frente de la iglesia. Entramos y nos dicen que no tienen tortilla y que van a tardar unos 10 minutos, así que, decidimos seguir el camino y parar en el siguiente pueblo. A la salida, nos encontramos a la pareja de franceses en tándem y les animamos a que se unan a nosotros. De este modo, podemos ir todos agrupados haciendo relevos para poder enfrentarnos mejor al viento en contra, que promete nos va a hacer sudar cada metro que avancemos.

Finalmente llegamos a Carrión de los Condes y allí ya paramos a desayunar unos pinchos de tortilla y unos choricillos. Saliendo del pueblo, Miguel se para de golpe haciendo que Jaime casi se lo lleve por delante: ha visto una tienda y se para a comprar chuches ;-).

Seguimos la ruta luchando contra el viento por tierras de campos, zonas llanas abiertas que no nos ofrecen ningún refugio y llegamos a Cervatos de la Cueza donde hacemos una pausa para tomar un refrigerio antes de seguir. Llevamos unos 30 kilómetros de llano que se nos están haciendo muy largos.

Retomamos la ruta hasta llegar a la localidad de Terradillos de los Templarios donde vemos un albergue con un restaurante en el que decidimos parar a comer. Comemos abundantemente, para variar, y aprovechamos para tumbarnos un rato en el jardín que tienen en el patio del albergue en lo poco que hay de sombra. Después de unos minutos de descanso, decidimos continuar la etapa.

A pesar nuestro, el viento es incluso más fuerte que por la mañana, así que ,aunque el camino es muy bueno y con buen firme, no podemos avanzar a la velocidad que nos gustaría. Llegamos a Sahagún, a cuya entrada se encuentran unas estatuas que marcan el llamado «centro geográfico del camino» y, tras hacernos unas fotos, llegamos al pueblo y recorremos sus calles.

Seguimos unos kilómetros más y llegamos a Bercianos del Real Camino, donde decidimos poner punto final a la etapa, más corta de lo previsto, pero la dureza del viento nos ha hecho recortarla y acabar más cerca de lo previsto. Entramos en un albergue que tiene habitaciones dobles, con lo que podemos dormir sin molestar a nadie y sin que nadie nos moleste, a excepción de lo gatos, pues el albergue tiene varios, qué suerte para Jaime y su alergia. Después de la ducha y la lavadora de rigor, vamos a cenar a un restaurante a la entrada del pueblo.

Allí, conocemos a un chico de Donostia llamado Ander, muy simpático y hablador al que invitamos a sentarse a cenar con nosotros mientras mantenemos una amena charla con él y con unas chicas de Bilbao (o eso decían por que un par de ellas tenían acento andaluz). Acabando de cenar llega otro de los curiosos personajes que nos encontramos en el camino, un italiano muy místico que ha dicho de tomarse una caña con nosotros pero con prisa porque tenía que ir ver la puesta de sol para recuperar energías. El caso es que de aperitivo nos pusieron unas cortezas de cerdo y, después de llevar medio plato comido, nos pregunta qué es pensando que era algo así como patatas fritas. Cuando le decimos que son cortezas cerdo se queda ojiplático, pues según nos cuenta hoy estaba de depuración espiritual y sólo iba a comer verduras. Se despide y se va a ver la puesta del sol.